Nuestra sintonía hacia Lorient

martes, 9 de febrero de 2010

Reportaje

Una mezcla de tradición y modernidad llena de inspiración

Se denomina música celta a la música tradicional de la Isla de Man, Galicia, Cornualles, Asturias, Bretaña francesa, Escocia, Gales, e Irlanda, regiones donde pervivió el legado de un antiguo pueblo, que fue determinante para el desarrollo cultural, social y espiritual de la Europa precristiana: Los Celtas.

Desde el más remoto pasado, Los celtas dejaron testimonió de su comprensión de la naturaleza y de los mundos sobrenaturales en infinitos relatos mitológicos y en un arte apasionante, que ha permitido vislumbrar las claves de una sociedad visionaria y progresista, muy adelantada a su tiempo.

Si bien a partir del siglo I de nuestra era, esta gran nación sin fronteras se atomizó en países con distintas lenguas, costumbres y religiones, la fascinación que sentían los antiguos Celtas por los mundos épicos y de fantasía logró pervivir, especialmente a través de la música; modelada y enriquecida de manera distinta y moderna por los diferentes países de ascendencia celta (con instrumentos o variaciones de instrumentos venidos de otras tierras), pero siempre alusiva a ese universo de alegría, inspiración y vitalidad que los bardos del pasado comunicaban con su arte.

Los instrumentos básicos usualmente empleados en la composición e interpretación de música celta moderna son la gaita, el bodhran, el violín, el tin y low whistle y/o la flauta travesera irlandesa.

La gaita es un instrumento de viento que, en su forma más simple, consiste en un tubo preformado (puntero), provisto de caña e insertado dentro de un odre, que es la reserva de aire. El aire entra en el odre (fol) a través de un segundo tubo, que tiene una válvula que impide la salida del aire provisto por los pulmones del gaitero. Éste comprime con su brazo el odre para mantener la salida de aire con sonido (tempero).

El Bodhrán es un tambor de marco irlandés. El diámetro del marco va desde los 25 a los 66 centímetros, mientras que la profundidad es de entre 9 y 20 centímetros. El tamaño más habitual emplea un marco de entre 35 y 45 centímetros de diámetro con una profundidad de unos 10 centímetros. A un lado del marco se halla una membrana (o parche) tensada y clavada al marco mediante tachuelas. Tradicionalmente la membrana suele ser de piel de cabra, aunque actualmente es habitual encontrar bodhráin fabricados con pieles de otros animales como el canguro o incluso materiales sintéticos como el kevlar. El otro lado del marco queda abierto. Habitualmente, una o dos barras cruzadas en el interior del marco fortalecen su estructura. Algunos bodhráin modernos para uso profesional emplean tensores mecánicos que permiten variar la tensión del parche, similares a los empleados en los tambores de las baterías. Habitualmente se toca sentado, sujetándolo en posición vertical entre el antebrazo y el tronco, con el marco reposando sobre la rodilla, al tiempo que la mano se introduce por el lado abierto del tambor entre las barras cruzadas y la membrana, reposando sobre el lado interior de la piel, lo que permite controlar ligeramente la tensión del parche y variar el tono. El tambor se toca con la mano libre, bien golpeándolo directamente con la mano desnuda o bien empleando una pieza de madera llamada baqueta.

El violín es un instrumento de cuerda frotada que tiene cuatro cuerdas afinadas por intervalos de quintas : sol2, re3, la3 y mi4. Es el más pequeño y agudo de la familia de los instrumentos de cuerda clásicos, que incluye el chelo, la viola y el contrabajo. En los violines antiguos las cuerdas eran de tripa. Hoy pueden ser también de metal o de tripa entorchada con aluminio, plata o acero; la cuerda en mi, la más aguda -llamada cantino- es directamente un hilo de acero, y, ocasionalmente, de oro. En la actualidad se están fabricando cuerdas de materiales sintéticos que tienden a reunir la sonoridad lograda por la flexibilidad de la tripa y la resistencia de los metales.

Originalmente el whistle es un instrumento antiquísimo. Tuvo su nacimiento en China hace 5.000 años y llegó a Europa en Siglo XI. Pero no fue hasta el Siglo XIX, en Inglaterra, que se elaboró el whistle que hoy en día conocemos a manos de Clarke. Lo llamó "tin whistle", (también conocido por "silbato irlandés), una pequeña flauta de metal o madera de 6 agujeros. En la década de los 50, fue introducida la boquilla de plástico, la forma más usual y económica de encontrar un tin whistle hoy en día. Y ya en los 70, Overton introdujo el famoso low whistle (Whistle bajo), afinado una octava más baja. Para tocar el tin whistle se usan las yemas de los dedos índice, corazón y anular de ambas manos, generalmente colocando los de la mano izquierda en los tres agujeros superiores y los de la derecha en los inferiores.

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